VIAJE
CON NOSOTROS, SI QUIERE SUDAR,
SUBIENDO
TRIALERAS HASTA REVENTAR,
Y
DIDFRUTE, DE LO QUE VERÁ,
Y
DISFRUTE….
DE
LAS HERMOSAS CALEYAS, QUE LE VAMOS A MOSTRAR
Tal
vez muchos no lo sepais, pero los de la Orquesta Mondragón nos “plagiaron” esta
famosa canción, que unos cuantos
Repechinos habíamos escrito en una de nuestras habituales “sesiones de
concentración” en el Centro de Alto Rendimiento de la Cuesta del Cholo.
Esta
era la letra original. Ya veis, todos nos copian.
Subimos
un añu al Angliru, y al año siguiente, allá que va la Vuelta ciclista a España.
Subimos un año al Cuitu Negru, ¡¡¡¡sin asfalto!!!, y al año siguiente asfaltan
y sube nuevamente la Vuelta. Hacemos una canción, y se forran otros con los
derechos de autor….
Vamos
a tener que volver a las “ Klandestinas” para que nadie sepa nuestros planes
para “copiarnoslos”.
Estamos
pensando en fundar la empresa “REPECHÍN TRAVEL BIKE”, haber si no nos lo copia
nadie.
Dentro
de nuestras cabezas está el buscar la ruta más guapa en mountain bike.
Fuera
de nuestras “fronteras”, la Riboira Sacra ha dejado el listón muy muy muy alto,
pero “en casa”, en nuestra querida Asturias, seguimos buscando esa Ruta 10.
No
buscamos la ruta más larga, ni la más dura, ni la con más desnivel positivo,
buscamos la que tenga ese equilibrio entre caleyas y pistas, entre bosques y
pueblos, entre trialeras y descensos, y entre historia y paisaje.
A
la espera de la que nuestro compañero Turonman nos tiene preparada para su
Turón natal, (que esperamos como unos niños sus regalos de Reyes y que tiene
muy buenísima pinta), este pasado fin de semana, un grupo de Repechinos, fuimos
a descubrir las rutas que nuestros amigos de la Cuenca (que no de Cuenca), nos
tenían preparadas por los montes de Langreo.
Motores,
Lynux, Fer( el primo de Lynux), Janjun, Jandrinweb y el que suscribe, nos
reunimos ¡¡¡¡antes de amanecer!!!! Junto a la iglesia de Fátima para embarcar
nuestras bicis y las bolsas para dirigirnos a La Felguera.
El
día amanecía nublado y llegando a la cuenca, caía alguna gota en el parabrisas
de la furgo. Llegamos “pelados” de tiempo. Aparcamos en el parking del
polideportivo donde nos ducharíamos tras la ruta y nos extrañó que éramos los
primeros ( y los únicos).
Como
Lynux curra allí cerca, nos dejamos guiar y en cuatro pedaladas llegamos a la
salida.
Firmamos
en el control de salida ( como los profesionales) y recogimos los obsequios que
nos dieron, una bomba, un bidón, unos calcetines, unos desmontables, propaganda de la zona y el ticket para la
comida.
Otras
cuatro pedaladas para dejarlo en el coche, y tras otras cuatro pedaladas
volvimos a estar en la salida.
Algunos
ya estábamos cansados de pedalear y aún no había empezado la ruta.
Con
puntualidad suiza, unos 200 participantes empezamos a quitarnos el frío,
dándole a la biela.
Tras
pasar por el parque de La Felguera, enseguida dejamos el asfalto y el barro
empezó a cubrir bicis y “biciclistas”.
La
lluvia del día anterior había dejado bastante embarrados los caminos y los
charcos eran muchos y con mucho agua.
La
primera parte de la ruta fue un poco más “técnica”. Discurría por estrechos
caminos, por bosques preciosos y con estrechas bajadas “complicadillas”, debido
al barro (y a mi nula técnica).
Las
caídas fueron abundantes. Janjun “cató” el suelo, Motores no se quiso quedar
atrás, y Lynux, mejoró su marca habitual de una caída por ruta, dejando el
listón en tres ( yo creo que en vez de un uniforme de Repechín, era mejor que
comprara uno de Michelín).
La
ruta era más bonita a medida que los kilómetros pasaban, y tras el
avituallamiento en Ciaño, empezó la segunda parte de la ruta, con caminos y
pistas mas anchas, pero con pendientes más largas y duras.
En
el avituallamiento, Jandrín y yo esperamos por Lynux, Fer y Motores. Janjun
había seguido con nuestros amigos de Jogar y no pararon mucho en el
avituallamiento.
Barritas,
fruta, bebidas isotónicas, yogures y pastelillos, no faltaron, y gracias a
ellos recuperamos un poco la energía gastada.
La
primera parte, se nos hizo mas dura de lo normal debido al barro y a lo
resbaladizo de los caminos, pero “capeamos el temporal” como pudimos.
Tras
cargar las baterías, pasamos cerca de El Cadaviu, donde está el Ecomuseo del
Valle de Samuño. Visita que os recomiendo para ir con los niños y la familia. Consta
de un pequeño viaje en un trenecito minero, que entra a una mina, y visita a
las instalaciones exteriores del Pozo San Luis en La Nueva y vuelta en el tren.
En
el pueblo de La Nueva, se puede comer en el Bar de Xuaquina, sitio original
donde los haya, por la cantidad de antigüedades que tiene tanto en el bar como
en la terraza trasera.
La
comida, no será de “autor”, pero les fabes amariscades y la ternera con
patatines, seguro que no dejan con hambre a nadie.
Bueno,
que se me va la olla y me voy por los cerros de Úbeda.
Tras
pasar por el Cadaviu, empezamos a subir por una pista ancha y con buenas
vistas. Tendría unos 4 km, pero allí no pasó frío nadie. Muchos “andariegos”
para llegar a la zona alta, donde “les patukes” marcaban la diferencia, más que
los “materiales de última tecnología”.
Lynux
y yo subimos juntos a ritmo “tranquilo”, disfrutando del paisaje ( y de los que
adelantábamos, jejejejeje). Había que “apretar el culo” para dejar en buen
lugar los maillots Repechineros, y a fe mía que los dejamos todo lo alto que
pudimos.
El
viento soplaba, y como siempre “de cara”, pero una vez arriba el esfuerzo
mereció la pena, nos decían que ahora lo duro ya se había acabado, “solo quedan
subeybajas, pero muy suaves”. Pero la realidad era otra, empezaron a verse caras
congestionadas y muchos “molinillos” a poco que el camino se pusiera un poco
cuesta arriba.
Lynux
se equivocó de camino y nos separamos, y mientras lo esperaba, llegó
Jandrinweb.
Fuimos
juntos hasta llegar a una zona con mucho barro donde un tapón de gente hizo
estirarse los grupos y nuevamente, cada uno a su ritmo.
Aunque
los caminos del recorrido eran más amplios, el barro aumentaba a pasos
agigantados, y dabas muchas pedaladas sin avanzar un metro. Las bajadas se
volvían muy complicadas y hubo bastantes caídas.
Tras
pasar por varios pueblos y tener que fijarte bien en las flechas que indicaban
el camino correcto, bajamos hacia Lada, donde ya el asfalto y luego una zona de
carril bici, nos volvió a llevar hacia La Felguera y la tan ansiada meta.
Tras
perder a Jandrínweb, decidí apretar un poco más el ritmo hasta el final de la
prueba, pero al llegar a la meta, ¡¡¡¡mi gozo en un pozo!!! , Motores estaba
lavando ya la bici y debía de llevar allí al menos un cuarto de hora, y Fer, ya
tenía la bici limpia y seca.
No
me lo podía creer, pensaba que solo Janjun, que no había parado mucho en el avituallamiento
estaría delante, pero la explicación, fue que al llegar al alto de Santo
Emiliano, les acortaron la ruta.
La
ruta estuvo muy bien, pero el final falló un poco.
Solo
dos máquinas para limpiar las ¡¡¡¡200!!!!bicis. Se cambió el lugar de las
duchas, del polideportivo, a un colegio cercano. Resultado, solo cinco duchas,
y una fallaba. La ducha, de un metro de anchura, imaginaros entrar y salir
hasta la del fondo. Sin comentarios. Y para colofón, con prisas, y así bastante
gente tuvo que escoger entre ducharse o comer, entre ellos Lynux.
Y
para más INRI, en la comida, un montón de mujeres y niños familiares o amigos
de los participantes, comiendo tranquilamente, mientras algunos participantes
en la ruta estaban en las duchas o se perdían la comida por quitarse el barro
de encima.
Bueno,
esperemos que este pequeño tirón de orejas sirva para que en próximas ediciones
se subsanen estos pequeños fallos, porque lo que no se puede es estar 4 ó 5
horas por el monte pedaleando, y luego tener que comer los restos de comida que
otra gente, no participante, ha dejado.
Para
nosotros, el colofón fue unos pastelitos que disfrutamos en una confitería
cercana, regados con cafés (Heineken, en el caso de Jandrín) y donde nos
contamos nuestras aventuras personales en esta edición de la Langreo Bike
Route.
Y
hasta aquí nuestra nueva aventura de En Busca De La Trialera Perdida.
Un
saludo a todos
WILLY
¡No hay comentarios! ¡no hay comentarios! ¡vergüennza debería sentir los que por aquí pasamos, sin dejar ni siquiera un pequeño regalo. Disfrutamos, reímos y puede que hasta algunos les caigan hasta la lagrimas. Pero al final dejamos ese espacio en blanco, y nos alejamos en un incómodo silencio.
ResponderEliminar¡Somos unos ingratos, Willy!
¿En dónde están los aplausos? ¿en dónde esos agradecimientos?
¡No te merecemos, Willy!
Saludos
El bekariu
Gran crónica Willy. Se te olvida el comentario de Jandrínweb que nos abrió los ojos a todos: "ESTA GUSTANDOME MAS EL PASTEL QUE LA CERVEZA". Creo que el barro le había producido una hipoglucemia severa.
ResponderEliminarAbrazo
Willy crack! pero menuda idea la de parar a hacer fotos en el ecomuseo... tengo al Sargento desde el domingo :P
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