miércoles, 26 de febrero de 2014

de oca a oca al pico Maco

Nueva entrega de la ultima ventura repechinera, amenizada con la canción Lore Lore Macu Macu en versión MIX.
Es que no paramos...

lunes, 24 de febrero de 2014

TYPICAL REPECHIN TOUR

Seguro que muchos os preguntareis como se planean esas rutas Repechineras tan “divertidas, amenas y entretenidas”, pues es fácil.
Sales a la calle en un sitio despejado, (no vale que salgas en medio de la Calle Corrida, porque los edificios no te dejan ver el horizonte), buscas el monte mas alto que tengas a la vista, y ese será tu destino.

Después, piensas (esto no lo hacen mucho los Repechinos), cual será la ruta más larga para llegar al monte más alto, y ya tienes media ruta hecha.
Y después, ya en el alto, te dejas ir por tu instinto y vuelves a la civilización como puedes. ¿Fácil, no?.
Bueno, pues este fin de semana, los Repechinos nos desplegamos por varios frentes. Jandrinweb, Janjun y Pepe Botes, tenían en mente una ruta “endurera”, para bajar montes a toda caña por la zona de Grado, yo no ví fotos pedaleando, pero comiendo, si que lo hicieron bien.

Los Valentín Boys creemos que se jubilaron como su líder, porque no tenemos noticias de ellos ni de sus clandestinas. Algunas malas lenguas decían que tenían copados los bancos del parque de Isabel La Católica y los de La Calzada para su ocupación principal, dar de comer a las palomas.
Otros Repechinos fuimos hasta Tapia, a una ruta, que aprovechando que el tiempo daba una tregua, tenía el Sargento preparada.
Quedamos con el Playu en una confitería de Tapia, pero cuando llegamos, en las estanterías solo había migajas, y en la cara del Sargento una enorme sonrisa. Lo que pasó antes de que llegáramos, os lo podéis imaginar.



Trasmi, Turonman, Lynux, Yeloqhay, El Sargento Playu, Chema-epic, Gus y yo fuimos los integrantes de esta ruta.
La mañana en Tapia era fresquita, y enseguida empezamos a pedalear con la costa a nuestra izquierda disfrutando de un paisaje impresionante, con unas olas que atacaban la costa sin piedad ni descanso.


 
El monte El Maco, era nuestra cota más alta de hoy, pero antes de coronarla deberíamos de subir, subir y volver a subir todos los montes que teníamos a la vista. Esta ruta estaba preparada con las más altas tecnologías. Que si el Google Maps 3.8, que si el Crome, que si el Gozzilla, que si el Garmin Edge 900, que si “me pasé toda la noche actualizando el navegador”, que si “ pues yo pasé toda la cartografía a Windows XF porque tiene más detalles”…..


Total, a la media hora de ruta, estábamos perdidos en mitad del Felechal de la Garrapata Loca, y sin idea de por donde salir de allí.
Algún porteo y muchas dudas, y algo de suerte, nos llevaron a la civilización otra vez. (No os preocupéis, ya recogí yo todos los navegadores y gps y los vendí a unos rumanos para que no volvamos a tener estos “fallos”).

 

La casa de La Follada, fue el primer “asentamiento humano” que encontramos.Después, las Lagunas de Salave, de donde dicen que sale el oro que quieren buscar en esta zona los americanos, y desde aquí, ya a subir “un poco”.


Ya “calentitos”, íbamos ganando metros de altura. Yeloqhay nos informaba de lo que teníamos por delante: ahora una pequeña subida, (yo tuve que sentarme en el manillar para que no se me levantara la rueda delantera). 

Ahora un descanso, (Lynux gastó el gatillo derecho del cambio de tanto buscar un piñón mayor). 


Ahora una pista ( tras 3 km en la selva llena de barro, tuvimos que volver sobre nuestros pasos porque no había camino). 
Ahora una subida de 10 km ( a los 30 km Gus no paraba de preguntar, ¿se me estropearía el cuenta kilómetros? nunca vi. kilómetros tan largos).


 
 
 


Bueno, al final, llegamos al Pico del Maco, y aquí vimos que se cumplía ese dicho de “a los ciclistas todo les da de culo, menos el viento”.
Una lucha sin cuartel para no marcarnos ningún andariegu nos llevó a coronar un monte que nos deleitó con unas vistas maravillosas. Como era imposible desenvolver el bocata y que no nos lo llevara el viento, decidimos bajar un poco y buscar un sitio un poco resguardado para recuperar fuerzas. El mejor “restaurante” que encontramos, fue una gran roca, en un recodo del camino, pero a resguardo del viento, nos pareció un hotel de 5 estrellas.

Comimos sin prisas, y tras tomar un poco el sol, preguntamos como era la ruta que nos quedaba ahora.
La respuesta, “nada, ahora ya ye todo para abajo”. Os podéis imaginar, ¿no?, el plato grande, ni lo pusimos, el mediano, poco, y el recorrido rompe piernas nos castigó de lo lindo nuestras débiles patukines. Mas porteos, algunas averías, pinchazos, roturas de cadena, ruedas descentradas….fueron “el pan nuestro de cada ruta”.



Y por fín, llegamos a las cercanías de Vegadeo. Ya parecía que “estaba todo el pescado vendido”, pero no. Otro sube y baja continuo nos llevaría a la costa otra vez.
Castropol y su Centro de Interpretación de la Ria nos pusieron en la ruta costera que ya no abandonaríamos hasta nuestro final de ruta.


Castropol, Figueres, y unas playas preciosas y con un mar cabreadísimo fueron nuestros siguientes puntos de paso.
Aquí, Jose, nos deleitó con un “Yeloqhay “ que nos metió el miedo en el cuerpo. Bajando unas escaleras , quiso llegar abajo antes que la bici, resultado, porrazo de los gordos en las costillas y dolor a mogollón.





Como siempre, alguna “lengua viperina” repechinera decía que “ este Yeloqhay va mucho por Jove ¿no?, y siempre pone la disculpa de que calló de la bici. Jejeje los de urgencias ya no se creen eso de un accidente de montanbike”. ( Jose, ya sabes que yo nunca invento nada, ¿eh?, yo solo escribo lo que escucho) jejejejje
Resultado, costilla “a la virolé” y ruta cerrada por “destrozos en la barandilla”.
Seguimos más tranquilamente hacia nuestra meta.
Antes de llegar al final, Chema y Gus, se marcaron lo que creímos era un “COCORICO COCORICO”, y atajaron por el asfalto hasta los coches, pero al llegar nosotros a Tapia, los encontramos comiendo pasteles a toda prisa, y era que no querían que les pasara como por la mañana y encontrarse la confitería solo con las telarañas en las estanterías.
Con Tapia ya a la vista, pasamos por varias playas, hasta que llegamos a la de Penaronda , donde el temporal pasado, había derribado el puente que nos llevaría a la otra orilla. 

Otro pequeño rodeo, y otro gran esfuerzo para nuestras piernas, nos llevaría tras otros sube y bajas, hasta  las puertas del pueblo, y la playa de la Paloma, lugar de grandes gestas surferas de nuestro Sargento.

Y ya poco que contar. Bueno, si, el “final feliz” de la ruta lo hicimos en la confitería. Destacable, la cara de alegría del confitero al ver entrar al Playu, y como se frotaba las manos y como sus ojos se convirtieron en dos símbolos del dólar al verlo venir a merendar.
Bueno amigos, nada mas que contar, como siempre una ruta preciosa, entretenida y que entre pumba y dale, nos dejaron en el cuentakilómetros, unos 80 km, y 1600m de desnivel. Esperamos que a Chema y a Gus les haya gustado también y que nos acompañen en sucesivas “batallas”.


Un saludo a todos, y hasta la próxima                  WILLY

lunes, 17 de febrero de 2014

FELÍZ SAN “CALENTÍN”

El fin de semana más cercano al 14 de Febrero, los Repechinos celebramos San Calentín, nuestro segundo patrono, tras el principal San Repechín del Falso Llano.
Celebramos san Calentín, porque un Repechín, nunca tiene frío, siempre está “calentín”, el frío en su cuerpo, dura unos diez minutos desde que dejamos atrás el reagrupamiento de Pelayo, justo lo que tardamos en abandonar el asfalto y pisar nuestras queridas caleyas.
Este año, mis sensaciones mañaneras, no eran muy buenas. Tras pasarme todo el viernes ajustando la junta de la trócola, tensando la dirección , alineando las bielas y engrasando los discos de freno de la Nenina, al ir a cojerla el domingo, ¡¡¡la rueda de atrás estaba pinchada!!!.
No había buenos augurios, pero unos bombazos de aire y a buscar a los compañeros.
Yeloqhay, Piraguas, Trasmi, Pepe Botes, Jandrínweb, Lynux, Turonman, Trancas y yo mismo, empezamos una ruta “inolvidable”.
Hoy Yeloqhay tenía una ruta que había descargado de Internet (creo que de una página llamada “rutas el hijo…uta.com) y con el beneplácito de todos nos dirigimos a explorarla.
Una parte ya la conocíamos, de subirla con el Playu (vaya, Playu y subida siempre van juntos en una frase).
Nosotros esta vez nos dirigimos hacia la trialera del camping y luego dirección al Curviellu, después por la variante de los Valentín Boys, bajamos la cuesta de la Cabañona y nos dirigimos a Peón, a donde bajamos por una trialera que está pegada al puente de la autopista.






Ya esta primera zona tenía que habernos puesto sobre aviso de lo que nos esperaba, pero no hicimos ni caso y seguimos.
La primera parte, muy rota, de los tractores que habían sacado la madera de la zona. Una zona con muchos andariegos, porque el barro hacía impedaleable la zona.


Por fin llegamos al asfalto, tiramos hacia Peón, pero antes, giramos a la izquierda y cogimos un falso llano muy entretenido, de los habituales de “50 metros abundantes”.




En fila de a uno subimos hablando de lo humano y lo divino, aunque la mayoría, solo escuchábamos.
Bajamos hacia la zona de la Playa España, y tras cruzar la carretera de Villaviciosa, giramos a la derecha y otra vez a apretar el culo subiendo.
Buenas zonas repechineras, acompañadas de un gran día de sol, nos las prometían muy felices. El ritmo no era muy rápido, pero era sin prisa y sin pausa.
La zona de quintes nos sirvió para recuperar un poco las fuerzas y después, una técnica bajada nos llevaría a las orillas del río España (o ese creo que era, porque…).

El camino se acabó en el río, y aunque había un pequeño sendero por la orilla (seguro que era de los jabalíes), decidimos buscar una forma de cruzar a la otra orilla.
Menos mal que la riada había dejado ramas y troncos cruzados en el río, así que por allí, con más pena que gloria y con el riesgo de caer al agua, fuimos cruzando como pudimos. 




El cambio de orilla nos llevaría una media hora tranquilamente, pero cuando nos las prometíamos muy felices, empezó la zona “heavy” de la ruta.
Unos metros pedaleando, nos llevaron al fin del camino.
¿Y ahora?, “Tenemos que subir, que las casas y la carretera está en lo alto del monte”, fueron los razonamientos de los participantes.


A los pocos metros, ya no se podía empujar la bici para subir unos pocos metros, nos las teníamos que pasar unos a otros y así, muy poco a poco, ganábamos metros de altura.
Llegamos a la zona alta de un castañedo, con mucho esfuerzo, porque la pendiente era fortísima, la humedad del suelo, el barro y las hojas, acompañado de nuestro nulo calzado para patear monte, hacían cada metro ganado, un triunfo.
Para nuestra desgracia, el siguiente reto, era un cotoyal con arbustos que nos tapaban con creces y solo nos orientábamos a voces, porque no nos veíamos a los dos metros de separarnos.
Piraguas, Turonman, Pepe y Trancas siguieron luchando y subiendo monte arriba. Jandrín investigó un pequeño amago de camino que había en el fondo del valle y Yeloqhay, Trasmi, Lynux y yo intentamos seguir a Jandrín, pero nos perdimos.
Otra media hora “abundante” y una lucha sin igual contra la pendiente, los resbalones, que te hacían avanzar un metro y caer dos, nos llevaron a “abrir nuevo camino” y a punto de tirar la toalla, Yeloqhay localizó con el GPS un camino de carro de hacía unos 200 años. Siguéndolo, y siempre tirando hacia arriba, luchando con las ramas que nos enganchaban los manillares y los pedales y no nos dejaban subir, llegamos a un camino ya con todas las letras.
Trasmi, se tiró agotado al lado de la bici, Yelqhay ya lo veía todo negro, y al bajar a ayudar a Lynux, estaba de rodillas y con los brazos extendidos y mirando al cielo diciendo “ señor, señor, ¿porqué nos has abandonado?”.
La cobertura de teléfono era muy mala, pero finalmente contactamos con Piraguas y los demás y ya estaban llegando a la civilización.
Nosotros tras coger una camino “ciclable” llegamos a la zona alta de Quintes, y aparecimos cerca del restaurante Las Palmeras. Preguntando a unos vecinos que donde estábamos, se echaban las manos a la cabeza escuchando por donde habíamos venido. ¡¡¡Pero si hace años que no pasa nadie por ahí, y además no hay ni caminos , tais locos chavales ¡!!!
La verdad es que aquella selva no estaba tan desierta, nosotros encontramos a los del programa “el Último Superviviente”, grabando el programa, y el grupo de Turonman creo que tuvieron más suerte y encontraron a los del programa de Energy, los que van a la jungla en pelota, pero no les ayudaron a salir de allí.
Reagrupamiento y faltaba Jandrín. Nos pareció que habíamos escuchado voces al pasar por la zona donde vivían los Tunga-Bulunga y donde había entrado Jandrín. Oímos unos gritos desgarradores, pero no sabemos lo que pasó en aquel bosque, solo podemos decir que Jandrín llegó a Gijón sin sentarse en el sillín ni una sola vez.



Bueno, una vez todos juntos, ya todo eran risas, y ante la hora que era y lo que nos quedaba por llegar a casa, decidimos ir por el asfalto, eso y que no nos quedaban fuerzas ni para mirar el gps para buscar caleyas conocidas.
Pepe y Jandrín bajaron por el Argayu y los demás por el asfalto y desde la Laboral a casa y a descansar.
Para mí, la pendiente de la calle Velazquez, era como si estuviera subiendo el Mortirolo, y cuando entré en el trastero y me puse a hacer unos estiramientos, unas lágrimas caían por mi cara, pero no eran de dolor por estirar, sino por la alegría de que ya podía morir tranquilo, aquí alguien me encontraría y me llevaría a suelo santo y a mi última morada.
De los demás, no se nada, solo que Yeloqhay iba a lavar la bici en la oficina. ¿tendrá una Karcher para limpiar las impresoras?.
Bueno amigos, hasta aquí nuestra ruta de hoy, si la queréis repetir, la colgaremos en Internet, deberéis buscarla en “rutasfacilesenmontanbikecercadegijon.com”

Un saludo a todos                      WILLY