jueves, 5 de junio de 2014

LOS REPECHINOS VUELVEN AL “TAJO”: RUTA POR EL MONTE “MAREO”




Bueno, no sé si este título es el adecuado, porque nunca dejamos el “curro”. Unos estuvieron preparando grandes gestas, como el Soplao, y otros, en otras guerras más cercanas al resto de los mortales. Por mi parte, estuve “en hibernación”. Unas merecidas vacaciones, debido a mi “estrés neuronal”, y después la “vacaciones” del ordenador, que se negaba a funcionar, dieron como resultado poca actividad en nuestra página. Esperemos que todo vuelva la normalidad. Para retomar la “vida diaria”, aquí va nuestra aventurilla de hoy:




Con mal presagio respecto a tiempo, anunciaba lluvia, Trasmi y yo nos reunimos en Pelayo para “hacernos unas trialeras”
Los Pelayos se reunían allí también para su ruta de hoy. Ellos tenían pensado ir hacia la Cabaña del Marqués y alrededores, pero yo había pensado otra ruta, más hacia el Oeste.
Mientras llegamos al Muselín, tuvimos tiempo de charlar un poco, pero la subida hasta La Campa Torres, no nos dejó hablar mucho.
Bastante tenía nuestro cerebro con meter y sacar aire de los pulmones, como para pedirle que gastara fuerzas en hablar.
La vista del parque de carbones con algún que otro rastro de humo, nos indicaba que el carbón almacenado seguía incendiándose cada poco, de forma espontánea. Nosotros también echábamos humo, pero nada importante que nos impidiera subir hasta el campo de tiro.
Bajada por la Cuesta de Veriña para descansar y tomar dirección al cruce de Guimarán.
Como hacía mucho que no disfrutábamos del pequeño “falso llano” que hay cerca del cruce, allá que dirigimos nuestras pedaladas.
Puedo dar fe de que sigue tan cuesto como el primer día que subí, pero nada que no se pueda superar con una buena plegaria a “San 36”.

Ya estábamos en lo alto del Monte Areo ( yo lo llamo “Mareo”, porque cada vez que voy allí, doy más vueltas y subo y bajo un montón de veces y al final ya tengo un mareo que no sé ni donde estoy ni si pasé ya dos veces por el mismo sitio).

Una “opípara comida” y un “reportaje fotográfico” nos permitieron recuperar fuerzas.
Visitamos las colmenas que allí tiene Yeloquehay, pero como no tenían miel, seguimos y bajamos por la trialera . Giro rápido a la derecha, y otra vez a subir al Monte.

La zona final de la subida, sigue con su 30% de desnivel, como siempre.
Una vez arriba, decidimos cambiar de zona y cruzamos para bajar a la carretera general de Prendes. Complicada bajada por el asfalto debido a la humedad, un par de km. por el fondo del valle y enseguida, giro a la izquierda y a por otro “falso llano”.
Nuevamente los “molinillos” empezaron a funcionar, y enseguida volvíamos a estar en lo alto otra vez. (enseguida nos pareció cuando ya estábamos arriba, pero en las duras rampas, no parecía que el tiempo pasara tan rápido).
Una pequeña zona cresteando y la improvisación, nos llevó a un camino que hacía mucho que no pateábamos. Los charcos gigantes, seguían allí como la última vez que pasamos. Hubo que hacerse un par de “Barranquieros” (andariegos). Era esto o echarse a nadar.

La bajada hacia en dirección a Serín estaba mejor de lo que recordábamos, gracias a que tras sacar la madera del monte, habían arreglado la caleya.
Aquí hicimos otra parada, al encontrar a un amigo común que nos enseñó sus perros de caza y hasta los jabalíes y un cerdo vietnamita bastante grande.
Cargamos nuestros maillots de limones, cargamos agua y seguimos, porque el tiempo empezaba a amenazar y las nubes ya cubrían todo el cielo.

Nada más arrancar, el orbayu nos acompaño, y pensamos que nadie nos evitaría la mojadura.
Tras cruzar un prado con hierba que nos llegaba al manillar y la consiguiente mojadura en los pies, llegamos a ver a lo lejos la zona de la Zalia.
Unos cuantos hórreos muy interesantes nos dieron tema para una pequeña y amena charla, menos mal, porque era eso o empezar a hablar de futbol y niños( jejeje).
Luego, ya haciendo sube y bajas hasta volver a llegar a Veriña.
A medida que nos acercábamos a Gijón, el tiempo mejoraba, pero en los alrededores, se veían muchas nubes y seguro que llovió y bastante.
Como íbamos bien de tiempo, decidimos rematar con nueva subida por la cuesta de Veriña y así quedarnos con buenas sensaciones.
Si, Si, ya se que vosotros seguro que hubierais seguido a la Cuesta del Tiro, pero este par de simples “panchinos”, ya teníamos el cupo de trialeras del día cubierto.
Como la Ley de Murphy nunca falla, al llegar a casa, el sol apretaba de lo lindo. Incluso me pareció ver algún Repechín con la camiseta de MoviStar que afirmaba que habían sido “finishers” en la ruta de los 10 km., pero como el sol me cegaba, seguro que me equivoqué. Jejejejjeje
Esperando quitarme el barro de la garganta, pasé por la “zona de lavado” de la Buhardilla, haber si Jandrín andaba por allí, pero nada, no hubo suerte.
Y hasta aquí nuestra aventurilla de hoy. Mañana más, pero no mejor, porque será imposible.  



Un saludo a todos                      
WILLY

2 comentarios:

  1. ¿Cerdo Vietnamita? Me parece que era Camboyano.

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    1. No subir el campu tiro tando al lao... Hasta Barrancas ""casi"" se anima el otro día :P

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