jueves, 29 de octubre de 2015

HOY ERA EL DIA

Hoy era el día, si. Hacía mucho que no salía con la Nenina a disfrutar del barro y las caleyas, y hoy era el día.
Un día por una cosa, otro por otra, y me perdía todas las convocatorias de los  Repechinos para salir “al monte”.
No pude ir a la Riboira 2015, no pude ir a la convocatoria de Motores, y así…..ya ni me acuerdo cuando disfruté de la compañía de los Repechinos y nos echamos unas risas en las trialeras.
Pero hoy era el día. Había llovido, pero el sol ya brillaba, y aunque el suelo seguía mojado, no había razón para no darle al pedal, así que me dije:
-Venga Willy, hoy vamos a reencontrarnos con nuestros “orígenes”.
Y así, descolgué a la Nenina, cogí guantes largos, puse la visera en el casco y ¡¡a la caleya!!
Hoy era el día de reencontrarme con San 36.
¡¡¡Qué buenas sensaciones!!! Es una pasada volver a pedalear por la naturaleza, por los caminos, por los bosques, y hoy, recorriendo parte de la costa.
  
   

El suelo estaba mojado, y las piedras bastante resbaladizas, pero no pasa nada.
Si hay barro, ya se lavará la ropa al llegar a casa,  que hay que ayudar un poco a la empresa de aguas.
Si se “cata” el suelo, no pasa nada, arriba otra vez como un rayo, no te vaya a ver alguien lo torpe que eres.
Si hay alguna pequeña avería en la Nenina, no pasa nada, hay que ayudar al de la tienda de bicis a llegar a fin de mes.
Si te haces un “7” en la ropa, no pasa nada, que el “chino” también come.
¿No hay por ahí un “tuercebotas” que lo llaman CR7?, pues  igual a un “tuercebielas” como yo le pueden llamar WR7 ( Willy el Repechín del  7 en el pantalón) jejejejeje.

Como decía antes, hoy era el día. El día de volver a sentir esas sensaciones que solo sientes cuando haces algo que te gusta. De reencontrarte con esa trialera con la que hacía tiempo que no te enfrentabas, y que dos de cada tres veces que la atacas, te doblega, y te hace marcarte un “andariegü” de los de “libro”.

Hoy era el día de sentir la brisa del mar en la cara y disfrutar. De que aunque haya barro y te manches, disfrutar. De sudar como en una sauna, pero, disfrutar. De cruzar por algún prado y al verte el dueño, levantar el puño en tu dirección y hacerte bajar dos piñones y hacer que hagas el sprint de tu vida con el corazón a 200, y disfrutar.
De hacerte “unos cuantos” kilómetros para comerte una Marañuela, y disfrutar como si comieras la mejor tarta del mundo.

De tener que hacerte algún “andariegü” hasta bajando, porque……el miedo es libre ( y ya fui al dentista este mes).
La verdad es que hoy era el día, el día de recordar que somos unos privilegiados de tener esta afición, vivir en Asturias y conocer a los Repechinos.


Hoy también era el día de “estrujar” la neurona y tratar de recordar una ruta que hicimos por aquí con el Playu.
La verdad es que de la ruta me acordé de poco, pero era como si lo estuviera viendo a él, “vaciar el cenicero” de la Caleyera , dos o tres veces( bueno, que puso la bici con las ruedas para arriba, por lo menos tres veces). Lo que nos reímos…..
El día de hoy, pasaba rápido, y tras tomar un caminín desde Xivares a Aboño, ví, que hoy era el día de volver a encontrarme con los pinchazos.

Viendo que me quedaba poca ruta, me dije:
-     Para lo que me queda, paso de reparar el pinchazo aquí ( eso y que yo sin una silla, un caldero de agua y media hora de relajado trabajo, no sé reparar un pinchazo).
Es un pinchazo lento, dale un par de bombazos y llegas a casa.


Y así lo hice. Unos bombazos y a tirar.
Para rematar este día, ¿qué menos que hacer estos falsos llanos de Veriña y la Cuesta del Tiro pa acabar?
Otro par de bombazos y ……¡¡¡¡aaaaa subir!!!!
Y así, mejor de lo que pensaba, llegué arriba.
Cuatro pealadas  más y manguerazo a la Nenina, para agradecerle con un buen baño su compañía en la ruta de hoy.


Como hoy rodaba solo, casi no pensaba en la ruta, (bueno, no pienso casi nunca), iba pensando en la crónica, y comiéndome la marañuela frente al mar, pensaba que sería entretenida una ruta con musiquita.
No sé si decidirme por la de tipo Stand by Me, para disfrutar de una ruta relajada o por música del tipo , Highway to Hell para las trialeras.
Así, que para el próximo día, le pediré a Jandrín el altavoz, y…….¡¡¡¡caaaaaña por la caleya!!!!!

Hoy era el día…….hoy era el día……hoy era el día para andar en bici. Buen día sin duda.
Bueno amigos, ser buenos, y nos vemos.

Un saludo a todos                     WILLY

viernes, 23 de octubre de 2015

Otoño en la Rivoira Sacrata

Otro año más y ya van 5 YLQH nos regala otro fin de semana inolvidable en su paraíso particular. En esta ocasión solo fuimos 5 integrantes en el grupo. Dos novatos, dos repetidores, y el propio YLQH. Yo como repetidor regreso igual de entusiasmado que la primera vez, pero distinta estación del año, distintas sensaciones y paisajes. A falta de crónica oficial del evento os dejo este vídeo de la jornada del sábado. Mas adelante, (aún está sin editar), subiré el de la ruta del domingo. 

Saludos Turonman 

martes, 13 de octubre de 2015

EN BUSCA DEL TESORO

Con 100 piñones por rueda,
no sube despacio, sino, vuela,
no se acojona ante la trialera,
el valiente Repechín.

Si José de Espronceda hubiera vivido en nuestra época, hubiera hecho famosos estos versos, pero como los escribo yo que soy, más bien un “juntaletras”, no pasarán a la posteridad, seguro.
La ruta de hoy estaba guiada por el Capitán D. Ángel Motores I de España y V de Alemania,  al mando del galeón Repechín I.
En vez de recorrer el ancho “azul”, pusieron rumbo al “alto verde”, buscando la ruta que les llevaría a encontrar el tesoro del famoso bucanero Playu el Pelirrojo.
Sextante en mano y mirando al cielo, el Primero de Abordo, Maese Marcos Piragüini dirigió la armada hacia la Peña de Cuatro Jueces.
Como segundo de a bordo, contaba el Repechín I con Maese Josete Pinzón, hombre trabado en mil batallas, y conocedor de la dura vida en la trialera.
Y para completar la tripulación, un embarcado de última hora, Sir Willy, conde de Benidorm y encargado de inspeccionar las condiciones “a bordo”, para, en un futuro cercano, fletar alguna carabela para hacer un crucero de “liberación del estrés”.
Como comentaba antes, la vida “abordo”, no es fácil, y al poco tiempo, las nubes y un fuerte viento, que no nos dejaban ver clara la ruta, nos empujó a la trialera del camping.
Sin darnos tiempo a reaccionar, un ataque de los piratas ingleses que nos esperaban subiendo al Curviellu por la parte de atrás, nos hizo ponernos las pilas
Motores dirigía el timón, y Piraguas daba órdenes a la tripulación:
-¡¡¡¡Josete, arría la Mayor y  tensa el foque!!!!! ¿Qué crees que estás de ruta por el embalse de Trasona?
-Josete: ¡A la orden señor!
-¡¡¡Rober, ¿qué crees que estás en la Senda de la Camocha?, aprieta el culo y despeja la cubierta de los barriles y las cuerdas!!!!
-Rober:”¡ A la orden ¡
-¡¡¡Willy, deja el bronceador y levántate de la tumbona, hay que desplegar todo el velamen, o nos darán aquí las uvas de la Mañanabuena!!!
- Willy:¡Marchando una de trapo!
-Fray Yeloquehay, dejad de rezar por nuestras almas, posad vuestra Biblia y ayudad a Willy, que parece más oxidado que el ancla de babor.
-Yeloquehay: Lo siento, sin la “ayuda Divina” no saldremos de esta marejada, así que yo, a lo mío, lo del trabajo físico no entra en mis competencias.
Olas como montañas se unieron al ataque, la nave de los Repechinos se tambaleaba, pero seguía adelante.
Cañonazos por aquí, fuego por allá y el rumbo hacia las áreas recreativas parecía claro.
Conseguimos escapar por los pelos, y para no volver a caer en una emboscada, decidimos no seguir la ruta normal hacia el observatorio.
Un poco de calma y a reparar los daños, que aunque parezca mentira no fueron cuantiosos.
Parada para cargar agua y víveres en el puerto pirata de la Fuente de 4 Jueces.
Nada más salir, otro ataque por sorpresa, esta vez los corsarios asalariados de la Corona Inglesa fueron los que nos atacaron. Bombazos por aquí, un mástil partido y varias vías de agua fueron el resultado del paso por la Rampa del Hormigón.
Tras coger aire en las “eses”, decidimos que alguien nos había delatado y sabía nuestros movimientos en busca del Tesoro del Pelirrojo, así que decidimos variar el rumbo y tirar hacia Paragüezos y probar a buscar el tesoro en la Isla de La Cuesta de la Vaca.
Un rato con viento en popa, nos llevó a la famosa Cuesta, que atacamos con alegría, aunque  una vez arriba, ni rastro del tesoro.
Reunión de emergencia en busca de nuevo rumbo.
“Buscaremos en La Casa de la Radio” Dijo D. Ángel.
Ni una objeción por parte de la tripulación.
Bajada rápida con un viento de unos 20 nudos en popa nos hicieron llegar rápido a nuestro destino, pero allí tampoco rastro del dinero enterrado.
-“La fuente de Caldones puede ser un buen sitio para que ese villano haya enterrado el cofre lleno de los doblones que consiguió masajeando a pobres incautos”, dijo Maese Piragüini.
El Repechín I siguió sin perder el rumbo marcado, pero las caras de los tripulantes al ver que no había ni rastro de tesoro eran un poema.
La moral se venía abajo, hasta que Willy dijo:
-Aquí cerca está la posada de los Nogales, sitio donde se come muy bien, y conociendo los antecedentes de “estómago agradecido” del Pelirrojo, yo creo que el tesoro no puede andar lejos de allí”.
Nuevo cambio de rumbo y en cuento tocaron tierra firme, se pusieron a cavar en busca del ansiado botín.
Lo único que encontraron fue un arrugado billete, cerca de una cuneta, que no llegaría ni para unos chupitos de buen ron de Jamaica en la Taberna de la Tahona de Vega.
Los rayos y los truenos, los sapos y las culebras salieron de las bocas de los esforzados marinos.
-Angel: “ A mí ya me parecía que el Tesoro del Pelirrojo era una fantasía, y que no lo había enterrado, seguro que lo tiene bajo el colchón de su camastro”
-Josete:” ¿Y para esto hicimos esta odisea?,¡¡ menuda urraca el Pelirrojo ese del que habláis!!
-Piraguas:” Era de esperar, viendo el “cascarón antediluviano” con el que se arrastra por las trialeras cercanas”
-Rober:” A mí no me pilláis  en otra encerrona como esta, ese Pelirrojo va a ser el más rico del cementerio!!
-Yeloquehay:” Espero coincidir con ese tipejo en alguno de mis “retiros espirituales”, y “agradecerle como se merece” los esfuerzos por los que pasamos por su culpa.
-Willy:” Yo ya no tengo ni fuerzas para subir a mi camastro, solo me gustaría que el capitán lo “pasara por la quilla” tres o cuatro veces en cuanto coincida con él en la posada del Acrópolis.
Y así, disgustados, con algo de barro, y sin poder ni comerse unos buenos pasteles en la posada de la Tahona ni unos tragos de ron cervecero en la taberna la Buhardilla los bravos marinos regresaron a sus casas, esperando a la nueva aventura a bordo del Repechín I.


Un saludo a todos                                  WILLY