viernes, 23 de diciembre de 2016

lunes, 12 de diciembre de 2016

CUENTO DE NAVIDAD

Hace muchos muchos años, toda la península ibérica estaba ocupada por los romanos.
Toda no, una pequeña aldea resistía al ataque y los asedios de los soldados del Cesar. Cimavilla era el asentamiento de los irreductibles Repechinos. 
La vida trascurría apacible en la pequeña aldea. Unos reparaban sus bicicletas para próximas batallas, otros contaban sus aventuras a los jóvenes y otros hacían como que trabajaban.
 Los copos de nieve caían lentamente sobre los inclinados tejados de madera de la aldea de los Repechinos.

El invierno había llegado y el momento de los cuentos también.
El jovenzuelo Yeloquetenemix jugaba con sus bicis de madera y aburrido de no poder salir a la calle, fue junto al viejo Willyfogix que pasaba sus horas mirando los troncos consumirse en la chimenea.


-Yeloq- “Tito Willy, cuéntame una historia de cuando tu pedaleabas con los Repechinos”.
-Willy-“ Oh, Yeloquetenemix, mi memoria ya no es la que era, ya casi no me acuerdo de aquellos gloriosos días”
-Yeloq- “Anda Tito Willy, tómate un chupito de Poción Mágica verás como la neurona se pone a funcionar”

 -Willy- “ Ahhhhh, la poción mágica. Aquello si que era una buena bebida, sacada de lo más profundo de los bosques de la Riboira, hecha con una receta ancestral que solo los más viejos de la aldea conocían,  y para la que había que mezclar la dosis justas de licor café, aguardiente de hierbas , miel y vino caliente de los viñedos de los Cañones del Sil….”
-Yeloq- “¡¡¡¡¡ Abuelo, que te vas por los cerros de Húbeda, al grano, cuéntame una historia de los Repechinos!!!!
-Willy-“Ah, si , perdona, que se me va la cabeza”
Bueno, pues esto era una vez que los Repechinos salieron a rodar hacia la montaña en la que sabían que había mucha nieve y que tendrían que portear las bicis…..
-Yeloq-“ Tito, ya estoy cansado de nieve, cuéntame alguna en la que rodarais con solecito!
-Willy-“Vale, pues esto fue otra vez en pleno invierno, hacía sol y calor y los Repechinos salían a rodar con traje de verano….”
-Yeloqu-“Abuelo……., ¿cómo va a hacer sol y calor en invierno?, ¿No te tomaste tu dosis de Dememorix?”
-Willy-“ ¿Quién cuenta la historia, tú o yo?
-Yeloq-“Vale, vale, sigue”
-Willy-“Esto fue una ruta que unos romanos, de la Tercera Centuria, Cuarta Cohorte, de la Legión de los Augustus Pelayus, vinieron a nuestra aldea para pedirnos protección pues tenían que atravesar la peligrosa aldea de Nava.
Del poblado de los Repechinos salieron Playu-Chuletonix, Trasmi-Gepesinix, Angelo-Barrigapochix, Josete-Choricinix,  Kike-Romperruedix, Yerman-Excavadorix, Piti-Voltioamperix y unos antepasados tuyos y mios, Yeloquehay-bielalentix y Willy-Patukaflojix. 
Los enviados de la legión Romana de los Augustus Pelayus, eran Chema-Biciimpecablix y Agustín-Bicinuevix.
El frio calaba los huesos cuando llegaron a Infiesto, punto de partida de su ruta”.
-Yeloq-“ Abuelo…… ¿no decías que hacía calor?
-Willy- Calla, impaciente, que era muy temprano y el sol aún no brillaba con fuerza.
-Yeloq-“Ya, la que no “brilla” es tu neurona, pero sigue, anda”-
-Willy- “ Enano, Voy a darte un guantazo que te reviento”.
-Yeloq-“¿Qué dices tito?
-Willy-“ Nada, que veras que puntazo y como te va a gustar el cuento”
Bueno, pues como te decía, el frio calaba hasta los huesos de nuestros compañeros, de todos menos de Playu-Chuletonix, que como te decía, iba con ropa de verano, pero era porque se había equivocado de mochila y había cogido la de ir a la playa a pescar y llevaba los pantalones cortos.
Los romanos se empeñaron en guiar la ruta, pese a las protestas de los Repechinos.
En nuestro poblado eran de sobra conocidas las rutas de Chema-Biciimpecablix que empezaban con una duración de tres horas, y que la mayoría de las veces llevaban a los participantes a meter linternas en sus mochilas, sabedores de que llegarían a casa de noche, si ó sí.
Nuestros camaradas intentaron quitar de la cabeza a los Pelayos que guiaran la ruta, pero ante la insistencia de Agus-Bicinuevix en que Chema había cambiado en sus dotes de orientación, nuestros amigos pasaron a “dejarse llevar” y disfrutar de la ruta.
No pasaron ni un par de kilómetros y Motorini-Barrigapochix, hizo honor a su nombre, y a causa de la cena que se había zampado la noche anterior en la sidrería del Pez-Caducado, tuvo que abandonar la ruta y volver a la aldea.
La ruta seguía un poco más triste, pero en cuanto las ruedas de nuestros amigos empezaron a pisar el barro y a coger las amadas caleyas, los problemas volvieron a aparecer.
Bueno, los problemas y las risas. Dos charcos, una caleya y un cruce, y ya se habían perdido Biciimpecablix, Bicinuevix y Voltioamperiix.
Las risas se oian en medio del bosque y hasta en la cercana montaña. “ Conque Biciimpecablix había cambiado, ¿eh? Jajajajajajajaja”
Vuelta por aquí, paseo por allá. Media hora después, en la pequeña aldea de Ceceda intentamos una reagrupamiento. Entre parada y parada la hora de comer se acercaba, y alguno se estaba empezando a poner nervioso, menos mal que los Dioses trajeron a los perdidos y seguimos la ruta. 

Los esforzados guerreros se acercaban al terrible Alto de Les Praeres. Una montaña que se dejaba ver sin un solo árbol en sus laderas y a la que solían acudir los druidas de la aldea a por sus ingredientes secretos para curar a los Repechinos.

Pin, pan, una pequeña bajada y a buscar hasta el último piñón de los desarrollos. La montaña se erguía a los pies de los guerreros, y cada uno a su ritmo empezaron el ataque.
El dia acompañaba, un sol espléndido y ni una nube en el cielo permitían ver hasta el lejano Picu Fariu.
La subida no era muy larga, pero los kilómetros tardaban muchiiiiiisimo en pasar. Menos mal que arriba nos esperaban unos riquísimos manjares para recuperar fuerzas, que unidos a las vistas que nuestros amigos pudieron disfrutar, les hicieron creer que estaban en el mismísimo Paraiso.
El grupo, mas o menos era compacto, bueno, menos nuestros antepasados  Patukaflojix, Bielalentix y Excavadorix, que iban “disfrutando del paisaje”.
Una vez en la cima, el refrigerio a base de queso y embutido de la zona y unos chorizos que Choricinix sacó de sus alforjas, hicieron que el color volviese a las caras de nuestros amigos y que Josete fuera vitoreado por todos y mas todavía por Chuletonix.
Biciimpecablix seguía guiando, y nadie se separaba del grupo, no fuera a perderse en aquellos inescrutables bosques.
La carretera se volvió pista y todos los participantes fueron haciendo sus andariegos mas o menos largos. Era como el monte del Calvario, nunca llegaban a la cima. El camino se volvia imosible de pedalear, y las piedras no ayudaban mucho a traccionar.



Los zapatos ya estaban llenos de polvo, los cascos iban colgados de los manillares, el sudor marcaba el camino y hasta varias lenguas se engancharon en algún eje pedalier, las cabezas ya iban mas bajas que los manillares, y la trialera nunca se acababa.
Tras  muchos sudores y maldiciones al guía, porque pensaban que estaban nuevamente perdidos, llegaron los esforzados aventureros a una pradera, que aunque pudiera parecer imposible, eras tan bonita o mas que la anterior.
Ni una casa a la vista. Solo montañas hasta donde abarcaba la vista dejaron sin palabras a los Repechinos y a los Romanos.
El esfuerzo había merecido la pena. Qué paz se respiraba allí. Seguro que habría sitios tan bonitos como aquel, pero mas….. .
El bosque de pinos acompañó la ruta algunos metros, y al salir, en medio de un enorme silencio, que como diría Góngora “en el silencio solo se escuchaba, un susurro de abejas que sonaba”, nuestros amigos salieron a un lado de la montaña en que ya se divisaba el final de su aventura, el pueblo de Infiesto ( aunque muuuuuuy a lo lejos).
Los bosques dejaron paso a las verdes laderas de las montañas salpicadas aquí y allá por pequeñas aldeas y casas solitarias. 
Era una visión solo hecha para elegidos.
Y allí estaban nuestros amigos, callados, sin nada que decir, solamente disfrutando de aquello que los dioses ponían a su alcance, montes y valles, calleyas y trialeras, sin duda algo inolvidable.
-Yeloqu- “Tito Willy, no veo peleas, ni luchas, ni ataques cuando uno pincha o tiene un bajón de fuerzas, este me parece que ye un cuento de margaritos”
-Willy-“Calla calamar, tú que sabrás de luchas y ataques. ¿Tú crees que iban de paseo?, aquello era “marica el últimu”. Y de ataques? Tenías que ver cuando Romperuedix rajó la cubierta, la desbandada fue general, y hasta Bielalentix y sus amigos bajaron un par de piñones y se levantaron haciendo casi doblarse las bielas con tal de dejar allí Ruedarotix.
Pero no hubo manera, Biciimpecablix y Bicinuevix sacaron sus tarjetas de crédito y en un santiamén la avería estaba solucionada. Eso sí, Ruedarotix no se manchó ni las manos ni sudó al hinchar de nuevo la rueda. El que tiene clase tiene clase.
Y después, ya solo quedaba una bajada hasta los carromatos, pero no podían llegar a casa sin parar en el descenso a rehidratarse con unas buenas cervecitas de una de las aldeas por las que pasaron.

Una visita a la Virgen de al Cueva para agradecer que todos habían llegado bien y que la ruta había sido espectacular y cada uno a su casa, que había que preparar otra ruta.
Pero esa ya te la contaré otro día Yeloquetenemix.
¿Yeloquetenemix?, ¿tas durmiendo? Jejejejeje
Estos rapacinos…………”   

                                                                    WILLY

sábado, 10 de diciembre de 2016

Por les Praeres

A falta de la crónica correspondiente,es un incertidumbre si la habrá o no la habrá.
Asi que por el momento nos conformaremos con los videos.




les praeres 2 parte from José Manuel Rodríguez on Vimeo.